Las mujeres tienen mucho que hablar en el sector de la tecnología. Podemos viajar al pasado, y ver algunas aportaciones que realizaron mujeres y que avalan esta afirmación:
- Ada Lovelace (primera programadora de la historia por la creación de la máquina analítica).
- Grace Murran Hopper (precursora del lenguaje COBOL, un compilador que fue clave en el desarrollo de la computación moderna).
- Hedy Lamarr (Inventora del espectro ensanchado por salto de frecuencia que se utiliza en los GPS, en el Bluetooth y en las conexiones WiFi), la aseveración que inicia este post no parece tan descabellada.
Estos son solamente algunos ejemplos. Actualmente, las mujeres representan un 55% de las personas matriculadas en las universidades. Sin embargo, se estima que el porcentaje que representan las mujeres en carreras técnicas es de solamente un 18% en España y de un 23% en Europa, sin apenas variaciones en las últimas dos décadas.
Razones por las que las mujeres son una minoría en el sector TIC
Uno de los principales factores que causan esta brecha de género es la prevalencia de ciertos estereotipos que separan lo que es masculino y femenino y las habilidades asociadas a cada género.
Lamentablemente, estas profesiones son percibidas en su mayoría como carreras socialmente masculinas.
Otro motivo es el papel de la mujer y sus aportaciones. En plena II Guerra Mundial un grupo de mujeres diseñaron el software que hacía funcionar una de las primeras computadoras de propósito general, denominada ENIAC (Electronic Numerical Integrator and Computer). Esta computadora calculaba tablas de tiro de artillería destinadas al Laboratorio de Investigación Balística del Ejército de Estados Unidos. Sin embargo, el éxito de esta aportación tecnológica se la atribuyeron dos hombres dejando a las verdaderas inventoras de esta computadora en un segundo plano.
Aún queda camino por recorrer
Aún queda mucho que trabajar en cuestión de igualdad y equilibrio entre mujeres y hombres en el sector TI. Es necesario romper con estereotipos arraigados en la sociedad y desde la infancia, inculcar valores que fomenten esta igualdad.
En este sentido, hay otros elementos que precisan de ser contemplados, para que esta brecha se vea reducida. Entre ellos está la conciliación de la vida familiar, personal y laboral y que suelen tener un impacto más ventajoso en el colectivo femenino.
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