Según un informe de Dell Technologies, el 85% de los empleos que habrá en 2030 todavía no fueron creados. Todas las organizaciones para entonces serán tecnológicas, y como tales, las empresas deben empezar a pensar ya mismo en cómo proteger su infraestructura y su mano de obra.
Una serie de sectores cambiará, si no lo está haciendo ahora, la vida y las relaciones laborales en forma radical en los próximos años. Se trata de las tecnologías emergentes, la inteligencia artificial, la robótica, la realidad virtual, la realidad aumentada y el ‘cloud’ (gestión de datos fuera de espacios físicos).
La tecnología aportará creatividad
La tecnología, para el 2030, no sólo servirá para agilizar procesos o hacer la vida más cómoda, sino que también aportará habilidades como creatividad, pasión y una actitud emprendedora, precisa el estudio ‘La próxima era de las relaciones hombre- máquina’ de Dell.
Los asistentes de inteligencia artificial integrada irán mucho más allá de lo que puede hacerse ahora. Ellos se ocuparán de diversas funciones humanas, hasta las más triviales, en formas predictivas y automatizadas.
La tecnología no reemplazará necesariamente a los trabajadores, pero el proceso de encontrar un empleo cambiará. El reclutamiento se realizará mediante el uso de tecnologías avanzadas de establecimiento de contactos basadas en datos; las organizaciones podrán encontrar y emplear talentos de todo el mundo gracias a un conjunto de logaritmos.
El trabajo no se desarrollará en una oficina
El trabajo no será un sitio donde se desarrollan tareas sino la ejecución de una serie de actividades, que se podrá realizar en una oficina o industria, pero que cada vez más se concentrará en donde sea más productivo, aunque sea en los hogares.
Muchos trabajos que todavía no existen surgirán a una velocidad difícil de asimilar, y las personas tendrán que aprender sobre la marcha a reciclarse y a utilizar nuevas tecnologías, como la realidad aumentada y la realidad virtual. Si hasta fines del siglo XX lo importante era ampliar los conocimientos, en la segunda mitad del siglo XXI la clave estará en la capacidad de ampliar estos saberes.
Esta velocidad deja rezagados a los dirigentes políticos, sociales y empresariales en sus decisiones. Según el Índice de Transformación Digital de Dell, el 52% de los altos ejecutivos de 16 países han experimentado un quiebre importante en sus sectores como resultado de las tecnologías digitales. Y casi una de cada dos empresas cree que su compañía se puede volver obsoleta en los próximos tres a cinco años.
El director de Marketing de Dell, Jeremy Burton, afirmó que «nunca antes la industria había experimentado tal disrupción. El ritmo del cambio es muy real, y ahora estamos ante un escenario de hacer o morir». Para salir adelante en la era de las relaciones hombre-máquina, añade, cada negocio «tendrá que ser un negocio digital, con el software como eje principal». «Las organizaciones tendrán que avanzar rápido, preparar su infraestructura y capacitar su fuerza de trabajo para afrontar este cambio», dijo Burton.
Fuente: Asociación de Informáticos del Uruguay
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