La irrupción en el mundo de la imprevista pandemia por COVID-19 aceleró el proceso de transformación digital en todas las áreas. En tiempos de distanciamiento social y aislamiento, la tecnología se convirtió en una aliada de Gobiernos, empresas y ciudadanos. Supo acercar soluciones, herramientas, métodos, que ofrecieron una cuota importante de seguridad a la humanidad en jaque y ayudaron a superar retos hasta hace poco difíciles de imaginar.
En este sentido, la experiencia del acuerdo sobre “Identidad Digital en el Proceso de Vacunación COVID-19”, que unió a Gobiernos de Centro América con VU Security, una compañía multinacional especializada en la prevención de fraude y la protección de la identidad, es muy interesante y motivadora, ya que muestra cómo la ciberseguridad ofrece respuestas estratégicas, seguras y sencillas para algunas de las problemáticas medulares que enfrenta la sociedad hoy.
Kennedy Roman, Director Regional para Caribe y Centro América de VU Security, explica cómo se adoptaron soluciones del negocio más regulado, que es la banca, para acompañar al ciudadano en el proceso de vacunación, certificando la seguridad desde el momento de la identificación de las personas hasta la “farmacovigilancia”, un elemento muy significativo que las farmacéuticas ya pusieron sobre la mesa. A la vez, se logró fortalecer el nexo entre los Gobiernos y la industria tecnológica.
Desde la seguridad de su casa, el ciudadano fue invitado a cumplimentar el proceso de registrarse para la vacunación, de aceptar los términos y condiciones, entre otros pasos, accediendo a una plataforma de registro: “Nos apoyamos en nuestras aplicaciones de biométrica. El ciudadano simplemente debe digitar su número de identidad, tomarse una selfie, y completar un cuestionario de preguntas, validadas por instituciones médicas a nivel mundial. Comunica si padece alguna enfermedad crónica o alergias, dónde vive, fecha estimada para vacunarse, entre otros datos”. A partir de esta información, se establece la segmentación, orden de prioridad, grupos de interés y condiciones de salud de la ciudadanía; se genera la cita para la vacunación; y posteriormente se monitorea la evolución y posibles efectos secundarios de cada persona.
Kennedy Roman agrega: “La identidad digital es la base para la construcción de este proceso. Además de validar al ciudadano, se lo relaciona con el lote de vacuna aplicado y se desarrolla la estrategia de farmacovigilancia y monitoreo de efectos secundarios. El proceso nace digital y se mantiene digital. Esto ha cambiado todo el sistema de programas de vacunación, que era manual”. Destaca que se logró generar flujos para todos los segmentos: “Muchos Gobiernos dudaban sobre el proceso digital en lugares con brechas de tecnología y temas de conectividad. Sin embargo, a través de distintas plataformas, el ciudadano puede autenticarse y enrolarse. Con un dispositivo móvil básico, cualquier persona puede convertirse en un multiplicador de enrolamiento, ayudando a familiares, vecinos, compañeros de trabajo.
La comunidad está unida en esta pandemia”. El foco de la ciberseguridad es hacer un mundo más seguro, más sencillo y, especialmente, que los beneficios que el universo digital trae aparejado alcancen a toda la comunidad.
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