Desde su época como estudiante universitario, a Leonardo Loureiro (47) le interesaron los asuntos gremiales, y participaba activamente como representante estudiantil en los distintos consejos de la Universidad de la República. Eso lo llevó a que años después de culminar su carrera como ingeniero en informática y comenzar con su actividad profesional, se vinculara con la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (Cuti) en 2002, en las áreas que más le interesaban: la internacionalización y el marketing de tecnología.
El gerente comercial de Quanam se fue metiendo paralelamente en la docencia, y hoy dicta clases del MBA de la Universidad ORT.
Cinco meses después de la muerte del presidente de Cuti, Álvaro Lamé, Loureiro fue designado para ocupar ese cargo. Se emociona cuando habla de quien fue su amigo personal, al que definió como una «usina de generar ideas», algunas de las cuales Cuti está logrando concretar.
Uno de los temas que preocupa a la industria de la tecnología es la falta de talentos. ¿Cómo se percibe desde CUTI?
Estamos con un programa que se llama «Jóvenes a programar» junto con Ceibal, que justamente está enfocado en incorporar más talento en la industria. Talento que venga del corazón principal del negocio que es la tecnología y el uso de la tecnología, la programación y el diseño.
Después hay gente que se ha especializado muchísimo y no son del sector ingeniería ni de TIC, que están trabajando en los procesos. La carrera de ingeniero químico está bien formada en procesos y se encuentran personas de esta profesión que trabajan en las TIC, cuyo foco principal es la tecnología.Personas con ese tipo de conocimiento estamos tratando de que se incorporen a la industria.
¿Cómo trabajan la internacionalización de las empresas del sector?
Es uno de los objetivos que nos planteamos cuando asumió la directiva en junio del año pasado, seguir con el foco en el tema internacional. Nosotros nos guiamos mucho en qué actividades vamos a hacer como cámara, que no significa que nuestras empresas socias no pueden hacer distintas actividades y tengan foco en cosas distintas.
Hacemos foco en aquellos países en donde la encuesta que hacemos sobre actividad económica nos muestra mayor actividad de las exportaciones.
La última encuesta nos dio que el principal mercado de destino es EEUU, al cual enviamos el 40% de nuestras exportaciones. Promovemos y realizamos muchas actividades en conjunto con Uruguay XXI y vamos en el año tres o cuatro veces a EEUU.
Estamos pensando hacer una misión a aquél país en octubre de este año, trabajando en conjunto con la ministra de Industria Carolina Cosse para desarrollar esa misión, y pensando que es conveniente hacerla anualmente para no perder contacto. Queremos generar presencia y que Uruguay sea reconocido como un país tecnológico. Parece poquito pero en realidad es mucho.
¿Qué más hace falta para potenciar la imagen de «Uruguay tecnológico»?
Uruguay es reconocido, en Latinoamérica seguro. Cuando uno lo quiere llevar a EEUU, el trabajo es muy arduo. Para que eso suceda tienen que empezar a darse muchas cosas en el ecosistema nacional, en el que se vienen dando pasos, pero falta velocidad. Sí hemos tenido hitos importantes, como que Tata Consultancy Services esté en Uruguay, Globant también. Muchas de nuestras empresas están instaladas en Estados Unidos hace mucho tiempo. Todo eso suma.
Los emprendimientos y la tecnología van de la mano. ¿Cómo considera que se encuentra el ecosistema en Uruguay?
Cuando yo empecé a estudiar no existía el concepto de emprendedor. Ahora existe y tenemos pre incubadoras en todas las universidades, e incubadoras reconocidas. Muchas de nuestras empresas socias tienen programas específicos donde desarrollan el concepto de intraemprendedor, crean spin off, empresas interesantes pero que no son parte del núcleo principal del negocio, entonces se genera un nuevo emprendimiento. Hace crecer a la industria, surgen ideas.
¿Cuál fue el legado de Álvaro Lamé en la industria?
Álvaro fue una persona que trabajaba full time y era una usina de generar ideas. Además de ser un amigo, compartíamos la misma visión, él me enseño mucho, me sumó como un amigo más a su vida. Lo último, que me da lástima que no lo vea reflejado, es el proyecto Jóvenes a Programar, ya que estaba convencido de que los jóvenes quieren trabajar en el sector de las TIC.
Fuente: El Observador
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