La introducción de prácticas DevOps en el Ciclo de Vida del Desarrollo del Software conlleva mejoras significativas en la creación y mantenimiento de software. Sin embargo, la adopción de estas prácticas varía según la entidad, influida por factores como el tamaño, la madurez en Agile, el modelo de arquitectura y las integraciones con sistemas heredados («legacy»).
El objetivo principal es optimizar el rendimiento de los equipos de desarrollo, incorporando el concepto de «experiencia del desarrollador» para evaluar la excelencia. A pesar de los esfuerzos por proporcionar las herramientas necesarias y medir mejoras en cada cambio, los resultados no siempre son óptimos. En organizaciones con varios equipos, la falta de homogeneidad en el ciclo de desarrollo y entrega, junto con la diversidad en las herramientas utilizadas, genera complejidades, mantenimiento adicional y repercusiones negativas en costos.
En contraste, en organizaciones con un equipo centralizado de DevOps, la «carga cognitiva» de los equipos de desarrollo disminuye debido a una distribución más amplia de responsabilidades en la definición del ciclo de desarrollo y entrega, así como en las herramientas asociadas. No obstante, esto no evita tensiones en situaciones conflictivas por falta de entendimiento entre los equipos DevOps y de Desarrollo.
Estas situaciones desvían la atención de la esencia de DevOps, que busca automatizar el ciclo de vida del software para alinear iniciativas y fomentar la colaboración entre equipos para entregar software de manera eficiente y menos estresante, crucial para lograr una entrega continua.
Un nuevo enfoque DevOps
Surgen nuevas tendencias que buscan transformar el modelo DevOps en un producto empresarial, alejándose de su tratamiento como un simple proyecto. Adoptando el concepto Agile de Producto, se enfoca en la claridad en la interacción entre equipos, capacitación para maximizar la aportación de valor, aumento del flujo de entregas y reducción de la «carga cognitiva» para los equipos de Desarrollo.
La propuesta implica estandarizar la infraestructura, crear interfaces de autoservicio para desarrolladores y dedicar un equipo para mantener todo como una plataforma. Esta evolución se denomina «Ingeniería de Plataforma«, cambiando el nombre del equipo DevOps a «equipo de ingeniería«.
La estrategia consiste en seguir con DevOps, pero cambiando la forma de gestión para hacerla global y con retorno, garantizando la incorporación de las necesidades de los equipos de desarrollo a medida que surgen, a través del perfil Agile del Product Owner. La idea es reutilizar herramientas y procesos existentes para minimizar el impacto inicial.
Conclusiones
Empresas como Spotify, Airbnb y Zalando ya han adoptado este modelo, y Gartner predice que para 2028, el 80% de las organizaciones relacionadas con el desarrollo de software contarán con equipos internos de «Ingeniería de Plataforma«, ofreciendo servicios internos reutilizables, componentes y herramientas a los equipos de desarrollo para la entrega del software.
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Autor: Iñigo Chaso Rico, Responsable LoB de Industrialización de SDLC en knowmad mood.
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