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Teletrabajo mueve US$ 500 millones en Uruguay

21/06/16

Más de 100.000 personas teletrabajan en Uruguay, un modelo que va a ser aplicado en Chile y es mirado con interés por otros países de la región.
Tiempo de lectura: 3 minutos

Más de 100.000 personas teletrabajan en Uruguay, lo que representó en 2009 ingresos por 500 millones de dólares, en un modelo que va a ser aplicado en Chile y es mirado con interés por otros países de la región.

 

Hace 10 años que Paula dejó su empleo fijo y decidió dedicarse por completo al teletrabajo para poder estar más tiempo con sus hijos. «Descubrí un mundo nuevo, con mis horarios y con libertad», dijo el jueves en un debate sobre la actividad en el que participaron emprendedores, autoridades y parlamentarios.

 

«Tiene sus riesgos, pero también todas las posibilidades para un crecimiento sin límites», aseguró esta mujer que realiza traducciones para clientes en distintos lugares del mundo.

 

Desde artesanías o productos usados vendidos a través de internet hasta traducciones, diseño de páginas web, asesorías o contabilidad, las áreas en las que se desarrolla el teletrabajo -trabajo a distancia mediante tecnologías de la información- son tan variadas como la capacidad e innovación de quien apueste a este tipo de ocupación.

 

Con la consigna «Vivir acá, trabajar allá, ganar allá y gastar acá«, el teletrabajo comenzó a tomar forma en Uruguay en 2002 con un taller impulsado por la empresa Netgate, en el marco de la crisis económica que afectó duramente la región, y actualmente se estima que más de 100.000 personas trabajan de esta forma, a veces como un complemento de un empleo formal y otras como único ingreso.

 

Unas 50.000 personas lo hacen exclusivamente para el exterior, sin relación de dependencia, explicó Alvaro Lamé, director de Netgate y candidato a presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información en el período 2016-2018, que prevé que para fin de año habrá entre 70.000 y 80.000 teletrabajadores de este tipo en el país.

 

Según una encuesta realizada por el Grupo Radar en 2009, el ingreso medio de estas personas fue de 950 dólares por mes.

 

Eso implica que Uruguay recibió más de 500 millones de dólares el año pasado por teletrabajo, una cifra nada despreciable si se tiene en cuenta que representa la mitad de las ventas de carne al exterior (USD 970 millones en 2009), principal producto de exportación de este país de 3,4 millones de habitantes.

 

Entre las ventajas del teletrabajo, Lamé enumera la flexibilidad, la generación de empleos en el interior del país, el acceso a un mercado de clientes mucho mayor, el desarrollo de una mentalidad emprendedora y hasta una menor contaminación, por menos uso de medios de transporte para trasladarse a un empleo fijo.

 

«No hay límite de edad, de género ni de lugar, no importa la presencia: se juzga por la calidad del producto o servicio que se vende«, aseguró Lamé.

 

«En el mundo globalizado de hoy no puede pasar que haya emigrantes económicos, que alguien se vaya del país porque no tiene empleo«, añadió.

 

En 2007 el 5% de los teletrabajadores estaba en el interior del país, mientras que dos años después el porcentaje ascendió a 40%.

 

El modelo uruguayo llamó la atención de Chile, cuyo gobierno lanzará en setiembre un programa de desarrollo en base a la experiencia uruguaya y que busca capacitar a 100.000 personas en tres años, indicó Lamé, añadiendo que Colombia y Ecuador también se han interesado en la modalidad.

 

En un país que ha apostado al acceso de todos los niños y adolescentes a la informática, a través del programa «Una computadora por niño» (bautizado Plan Ceibal en Uruguay), el trabajo a distancia puede multiplicarse.

 

«Creo que lo vamos a ver reflejado en cuatro o cinco años más, ya que la gran ventaja del Plan Ceibal es que la próxima generación de uruguayos va a ser digital«, dijo Lamé a la AFP.

 

«Es un modelo que no tiene marcha atrás«, aseguró Lamé, destacando su eficiencia «en cuanto a la inversión con relación al resultado que tiene: la inclusión social, inclusión económica e inclusión tecnológica«.

 

El fuerte crecimiento del teletrabajo lo puso en la mira de los legisladores uruguayos, que buscan terminar con el vacío legal absoluto respecto a esta actividad económica que por su propia flexibilidad deja a los trabajadores sin ninguno de los beneficios de seguridad social que tiene un trabajador común.

 

Fuente: Portal El Observador.

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