A diario, nos encontramos con vestigios tecnológicos en nuestras vidas digitales, disfrazados de disquetes o papeleras de reciclaje, presentes en cada rincón de nuestras pantallas. Para muchos, estos símbolos son simples reliquias, pero ¿y si te dijeramos que estos diseños fueron deliberadamente concebidos como un puente entre el pasado y el presente? La lógica detrás de estos diseños tiene un nombre: esqueumorfismo.
¿Qué es el esqueumorfismo?
El proceso de desarrollo de productos, en particular de los electrónicos y de software, siempre requiere una cuidadosa consideración de la experiencia del usuario y la intuición.
Un concepto de diseño que ha desempeñado un papel importante en la creación y desarrollo de las interfaces de usuario es el esqueumorfismo. El origen del término proviene del griego skéuos (σκεῦος), que significa ‘vaso o herramienta’, y morphê (μορφή), que significa ‘forma’. Es decir, un objeto esqueuomorfo es aquel que ha sido diseñado en la forma o imagen de la herramienta cuya función realiza.
Si bien el término se usa desde 1890, en este artículo se explorará su evolución como técnica de diseño en el contexto actual del diseño y desarrollo productos.
El esqueumorfismo en tiempos recientes
Si uno se pone a pensar, son muchísimos los ejemplos de este estilo de diseño en nuestro día a día. Algunos de los más prevalentes son:
- Guardar archivos cliqueando en un disquete.
- Eliminar archivos arrastrándolos hasta la papelera.
- Comprar artículos y productos online poniéndolos en el carrito de compras.
- Escuchar el sonido del obturador de la cámara al sacar fotos con el celular.
Durante su auge inicial, a partir del 2010, este estilo de diseño era la base de cómo se veía el sistema iOS. Por ejemplo, cuando se introdujo en el iPad la aplicación de iBooks (actualmente, Apple Books), la pantalla de selección de libros simulaba una biblioteca de madera; incluso llegaron al punto de animar las páginas pasando cuando se movía el dedo sobre la pantalla. El objetivo de esto fue que la aplicación resultara más cómoda y familiar para los usuarios, lo que facilitaría la transición de lo físico a lo digital.
Sin embargo, con el tiempo, los diseños esqueuomorfos llevaron a escritorios desordenados, abrumando a los usuarios con detalles innecesarios, algo que era un problema sobre todo en dispositivos móviles en los que las pantallas no eran tan grandes como un monitor. Además de esto, algunos ya no seguían la definición de esqueumorfismo: por ejemplo, el botón de guardar, que, dado el desuso de los disquetes, era solo un recuerdo no representativo de la realidad en la que se encontraba.
A medida que la tecnología avanzaba y la informática se volvía parte de la vida cotidiana, la necesidad de metáforas visuales disminuyó, allanando el camino para abandonar este estilo de diseño en favor de algo más simple, como fue el caso del estilo de diseño plano (flat design). De todas formas, esto no sería lo último que veríamos del esqueumorfismo.
El resurgimiento en la era de los relojes inteligentes
A partir de 2012 aparece en el mercado un producto nuevo, que dependía más que nunca de un diseño lo más intuitivo posible: el smartwatch.
Si bien los dispositivos tradicionales, como los teléfonos y las computadoras portátiles, ya servían propósitos funcionales, los relojes inteligentes buscaban además hacer una declaración de moda y reemplazar a los relojes convencionales. Para fomentar su fácil adopción, los fabricantes confiaron en el esqueumorfismo y, sin saberlo, la popularidad de estos aparatos supuso un resurgir para este estilo de diseño.
Un ejemplo de esto viene otra vez de la mano de Apple con el Apple Watch, que en su diseño incluía una corona, como cualquier reloj tradicional, pero que funcionaba como perilla para navegar a través de los distintos menús del sistema.
En una entrevista, el diseñador Jonathan Ive comentó que la corona no fue centrada a propósito, para que les resultara familiar a los usuarios de relojes tradicionales, pero que a su vez esta ubicación diera la pauta de que su función no sería la de mover la hora, como en cualquier otro reloj. como en cualquier otro reloj.
¿Qué papel desempeña el esqueumorfismo en la adopción de tecnología?
Como hemos visto con estos ejemplos, el esqueumorfismo ha desempeñado un papel vital en la introducción de los usuarios a las nuevas tecnologías.
Cuando las computadoras personales ganaron popularidad, los elementos familiares en las pantallas facilitaron la transición para los usuarios. Del mismo modo, cuando el uso de los dispositivos móviles se disparó, el esqueumorfismo nuevamente desempeñó un papel importante para educar sobre cómo interactuar con estos equipos.
Estas consideraciones de diseño, fundamentales para la innovación y nuevos desarrollos, también aplican para productos de realidad virtual y aumentada. Si bien ya los podemos encontrar desde 2014, en los últimos años han aparecido cada vez más productos con estas funciones, de diversas marcas y propósitos.
Estos productos involucran, de alguna manera u otra, pantallas que se colocan frente a los ojos mediante dispositivos como gafas o cascos que se deben llevar puestos. Siguiendo el ejemplo del smartwatch, dado que estos equipos se llevan puestos, qué tan intuitivos son resulta determinante para que las personas se sientan cómodas usándolos.
Cuando los usuarios tienen dificultades para distinguir los objetos interactivos de los que no lo son, su experiencia se ve afectada. Por tanto, la idea en el diseño de estos productos debe centrarse en ayudar a cerrar esta brecha que existe entre el diseño de las interfaces de uso y su accesibilidad para el usuario.
Esto se logra proporcionando señales visuales reconocibles, que aseguran que los usuarios comprendan y naveguen fácilmente, así como realicen tareas con naturalidad y fluidez.
El balance entre familiaridad e innovación
El desarrollo de productos innovadores en el ámbito de la electrónica de consumo y el desarrollo de software requiere un enfoque especial en la experiencia del usuario. El esqueumorfismo, a pesar de su trayectoria fluctuante como técnica en el diseño, ha demostrado ser una herramienta efectiva para que las nuevas tecnologías sean accesibles para los usuarios y ha ayudado a la adopción fluida de estas innovaciones.
A medida que la tecnología evoluciona, encontrar un equilibrio entre la familiaridad y la innovación sigue siendo crucial para crear productos intuitivos y fáciles de usar. Esto se ha vuelto una prioridad, sobre todo para productos de realidad virtual y aumentada, los cuales en sus inicios lucharon contra problemas de adopción y accesibilidad.
Eventualmente, lograr este equilibrio entre lo intuitivo y lo innovador es lo que destaca y diferencia a los productos exitosos del resto. En el marco de la creación de productos innovadores es este balance el que nos ancla a la realidad del pasado que conocemos para permitirnos entender mejor el futuro.
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