La metodología agile es una filosofía que permite establecer un marco de trabajo y organización óptimo. Su puesta en marcha se basa en dividir en pequeñas partes el proyecto y estas, a su vez, tienen que completarse y entregarse en un periodo corto de tiempo. De esta manera, se da respuesta a las necesidades de los clientes cuyas prioridades cambian de manera continua.
La adopción de la metodología Agile
La adopción de la metodología agile traspasa la barrera de TI. En su implementación cabe destacar la velocidad de entrega, la mejora de relación del equipo y la adaptación continua a las necesidades de los clientes.
A diferencia de lo que muchos puedan creer, la verdadera complejidad de la implementación reside en la mentalidad y cambio cultural de las empresas: desarrollar, mejorar y preparar la mentalidad de los trabajadores para operar con prácticas ágiles. Es aquí donde los departamentos y divisiones de personas, Talento o Recursos Humanos tienen un papel fundamental en la transición hacia el cambio.
Beneficios de la implementación de prácticas ágiles
Los entornos VUCA (entornos volátiles, inciertos, complejos y ambiguos) siguen existiendo y lo seguirán haciendo. Los trabajadores se encuentran con más control, más estructura, más restricciones y más planificación haciendo que la adopción de esta metodología sea menos efectiva de lo que cabría esperar. Esto es debido a que en los entornos laborales es habitual adoptar un enfoque de predecir y planificar, que tiene origen en el contexto de las organizaciones modernas de Frederick Taylor, hace más 100 años.
La clave para la verdadera puesta en marcha de las metodologías agile en las compañías es, esencialmente, el cambio de la mentalidad predictiva y planificada hacia la mentalidad “Sense-and-Respond”.
Mentalidad “Sense-and-Respond”
Básicamente lo que predica esta mentalidad es que una vez se interioriza un rango de datos, actuaremos en consonancia a los acontecimientos. Según el último informe State of Agile, el principal problema de adopción de esta metodología es que el 48% de las compañías se mantienen resistentes al cambio. Como hemos apuntado anteriormente, son los departamentos de Recursos Humanos los que deben desbloquear esta mentalidad para poder llevar a cabo una implementación que supondría una mejora a nivel organizacional en general.
Aprendizaje y evolución hacia una nueva mentalidad agile
Los departamentos de Recursos Humanos son los responsables de que esta mentalidad se pueda extender a todos los niveles de la empresa. Además, este aprendizaje e interiorización se tendrá que hacer a nivel colectivo e individual.
El aprendizaje de nuevas habilidades para la implementación de la metodología agile resulta de gran importancia, ya que será útil para aplicar nuevas técnicas en nuevos marcos de trabajo. Dichas prácticas requieren una evolución en la conciencia del líder para que pueda operar con una mentalidad Sense-and-Respond. En resumen, la adopción de la metodología agile requiere un cambio profundo tanto a nivel organizacional como a nivel individual. Se trata de una filosofía de empresa.
El cambio tiene que ser promovido por el departamento de Recursos Humanos. Será esta área la responsable de proporcionar las herramientas necesarias para la adopción integral de la metodología agile con el fin de optimizar el funcionamiento de la empresa, promover el crecimiento personal y profesional del empleado y asegurar la incorporación de esta metodología en su forma de trabajar.
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